miércoles, 17 de junio de 2009

"Desde Rusia con amor"

Esta es una noticia que salió publicada en el semanario The Economist el 6 de junio del 2009 explicando brevemente la situación actual de Rusia, haciendo especial mención a las políticas macroeconómicas de la administración Putin.

http://www.economist.com/world/europe/displaystory.cfm?story_id=13777282

La economía rusa se ha caracterizado en los últimos años por tener una divisa relativamente fuerte, insignia destacada de la política de Putin y elemento de orgullo para su banco central. Pero desde el “Credit Crunch” de mediados del 2008 esa fortaleza se va a perder drásticamente haciendo que el banco central ruso lamente profundamente su distracción con la divisa y no haber prestado atención a la única tarea que tenía que desempeñar: el control de la inflación, pues ahora esta ha alcanzado la cota del 15%.

Por otro lado la administración Putin incrementó el gasto público en un 40%, como parte de un plan de matiz keynesiano para reavivar la economía, tal y como muchos otros países han puesto en marcha, aunque esto pueda resultar una medida que caiga en saco roto a causa de la severa corrupción que padece el país.

Pero el verdadero temor del Kremlin no es el abusivo gasto público al que se enfrentan, ni siquiera la devaluación de su moneda en los últimos meses; Su mayor temor radica en la “Fuga de capitales”, es decir, que los inversores pierdan el interés por seguir invirtiendo en operaciones rusas y decidan extraditar sus capitales, lo cual implicaría un colapso absoluto para su sistema financiero.

En este artículo intentaremos mostrar cuales van a ser las consecuencias de la nueva política del Kremlin para luchar contra la “Fuga de Capitales” sin pecar en ese mal tan extendido entre los economistas actuales de realizar predicciones, las cuales se sustentan en unas condiciones estáticas que no tienen en cuenta fenómenos cambiantes propios del mundo real. Mi objetivo no es ese, si no el de poner en práctica un modelo teórico sencillo de facultad e interpretar los resultados que alcancemos con él. Este modelo en cuestión es el “Modelo de la Paridad Descubierta del Tipo de Interés” y sus principios básicos y mecánica se pueden encontrar en cualquier libro de macroeconomía.

La medida puesta en marcha por el Kremlin para evitar la fuga de capitales es la de subir los tipos de interés por encima de lo normal para incentivar a los inversores a no sacar sus capitales del país y, además, atraer a otros. Esto se consigue mediante las reservas que tiene el banco central ruso. El banco central ruso lo que hace es intercambiar dólares por rublos y de esa forma los quita de circulación haciendo que este escasee, de esta forma la oferta de rublo se reduce y con la demanda existente eleva su “precio” en el mercado de divisas, es decir, se aprecia (es lógico, si algo escasea progresivamente su precio aumenta) o al menos eso debería de ocurrir con algo más de rapidez de lo que se esperaba pues la apreciación de la divisa comenzó a principios del 2009, con 5 meses de retraso desde que el Kremlin levantara los tipos de interés. Esto prueba que a pesar de que el modelo no tiene noción del tiempo para explicar los desplazamientos de la divisa, si es capaz de racionalizarnos por qué existe este retardo pues el modelo tiene en cuenta las expectativas de los inversores sobre el tipo de cambio, las cuales no debe ser muy buenas para que esto ocurra. Y no me extraña conociendo la corrupción del país, el desplome del PIB de casi un 9,5% y una inflación del 13.5% cuando medio mundo padece una deflación casi galopante.

Por otro lado, devaluar la moneda no sienta mal a nadie a pesar de que Putin considere esto como una pérdida de prestigio. Esto es porque la devaluación abarata los productos nacionales para los compradores extranjeros de Rusia, fomentando las exportaciones frente a las importaciones (especialmente en la exportación de petróleos y gases), repercutiendo en forma de superávit no solo en el saldo comercial si no también en la balanza por cuenta corriente, permitiendo así recudir su deuda externa.

Ahora bien, no todo van a ser buenas noticias pues elevar los tipos de interés excesivamente (como ocurrió desde Julio del 2008) supone encarecer excesivamente la capacidad de financiación de los negocios locales, y en consecuencia el cierre de muchas Pymes. Lo cual repercutirá en la economía rusa con una caída más severa del PIB, tal y como vimos que pasó a finales del 2008.

Aquí os dejo algunos gráficos de elaboración propia con los que he sustentado todo este análisis y que complementan los aportados por la noticia de The Economist. Los datos para los gráficos los he obtenido de la web del Banco Central de Rusia.


domingo, 7 de junio de 2009

"La pobreza del petróleo"

Hace poco llegó a mis oídos un disparate sobre economía bastante peculiar, este sinsentido consistía es justificar la riqueza de un país con el petróleo, es decir, los países más ricos son los que tienen más petróleo y pueden comerciar con él.

Bueno, si tú piensas de esta forma te daré dos motivos importantes por lo que esta afirmación es completamente falsa. Por un lado la riqueza suele dar muchos quebraderos de cabeza a los economistas, y más cuando se trata de dar una definición para el ciudadano de a pie, por tanto vamos a intentar sustituir ese término tan equivoco por otro de más fácil comprensión y que, de forma directa, influye en la riqueza de las personas. Estamos hablando de los índices de bienestar, índices que sirven para medir el estado de bienestar de un país teniendo en cuenta variables como la educación, el acceso a agua potable, comida, protección social, etc…

Dos de los más famosos indicadores de bienestar social que existen son el IDH (índice de desarrollo humano) y el índice Prescott-Allen elaborados por Naciones Unidas. El primero de los indicadores evalúa el estado de bienestar de un país atendiendo a su tasa de analfabetismo, escolarización, tipos de educación, acceso al agua, producción por habitante, etc… Mientras que el índice de Precott-Allen incorpora además variables ambientales que justifican el desarrollo de los países. Por tanto es obvio pensar que si los países exportadores de petróleo obtienen ingresos muy elevados, y que parte de esos ingresos se tienen que revertir sobre la población de alguna forma creando un estado de bienestar importante, ¿verdad? Es decir, los países exportadores de petróleo tendrían que estar en las partes más altas de estos indicadores, ¿verdad? Bueno pues aquí tienes una tabla donde se muestran las posiciones en estos indicadores para los 20 principales países exportadores de petróleo.




Y aquí os añado las posiciones en estos indicadores de 3 países importantes.


Como ves las posiciones de los países exportadores de petróleo en estos indicadores es bastante mala en comparación con España o EE.UU. Por tanto nuestra premisa previa se desquebraja por completo al ver la evidencia de que estos países exportadores son países en vías de desarrollo. Aun así, si el petróleo es un bien muy demandado en todo el mundo, ¿por qué no se cumple la premisa previa que aparentemente era tan lógica?

Una de las explicaciones radica en el mercado de divisas y el balance de los bancos centrales. Los bancos centrales de estos países tienen una composición muy particular, su Activo está compuesto por dos elementos importantes: Los créditos internos (créditos para la banca comercial) y las Reservas en divisas; por otro lado el Pasivo solo contiene la masa monetaria en efectivo (el dinero que ves en tu cartera todas las mañanas). Además son países con una prima de riesgo muy alta debido a la composición de sus sistemas de gobierno. Por tanto, estos países al comercializar con petróleo reciben divisas del exterior disparando su Activo por las nubes (es decir, aumentan sus reservas en divisas), por tanto se ven obligados recudir su crédito interno para esterilizar la subida de reservas de divisas y así preservar el equilibrio contable de Activo =Pasivo. Pero reducir el crédito interno tiene un límite en 0, y una vez alcanzado ese valor, se corta de golpe la financiación a los bancos comerciales y por tanto, se carece de créditos para la inversión de las empresas. Es decir, el país carece de un motor que le ayude a desarrollarse y crear un estado de bienestar, por eso los indicadores IDH y Prescott-Allen muestran a estos países en unas posiciones tan alejadas de la primera posición. Además hay que tener en cuenta que los aumentos de la masa monetaria tienen dos implicaciones muy importantes en el contexto internacional: por un lado reducen significativamente los tipos de interés del país exportador de petróleo, dejándolos próximos a cero y actuando como incentivo negativo sobre estos inversores para no invertir en el país; la otra consecuencia está en el propio mercado de divisas, en el cual la moneda local de estos países se deprecia progresivamente siendo necesario cambiar de divisa para comerciar el petróleo, en la actualidad se usa el dólar.

La única salida de estos países es la de utilizar dichas reservas de divisas para exportar otro tipo de productos a la vez que el petróleo con los que poder compensar los efectos devastadores sobre el crédito interno. Pero eso es algo muy complejo de conseguir ya que actualmente el Activo de los bancos centrales de muchos países de la OPEP están compuestos únicamente por divisas extranjeras, principalmente dólares. Y en ausencia de crédito interno la alternativa son las inversiones extranjeras, las cuales no están interesadas en ningún otro producto que no sea el petróleo.