sábado, 3 de abril de 2010

Leyendas urbanas

 

Mas de una vez me ha tocado aguantar a algún cretino, con aires de saberlo todo y no apretar de nada, mientras fingían saber de economía y escupían de cara a la galería  incorrectas “verdades como puños” del calibre de: “la inflacción es mala para la economía” (si, inflación con 2 C ), “nuestra competitividad depende solo de un euro muy apreciado” o  “tener los tipos de interés bajos siempre es bueno para el tejido industrial”. Pero nunca me imaginé que Alan Greenspan cometiera el error de decir que un alto déficit presupuestario influye en la inflación. 

Es cierto que en los dos últimos años EE.UU. ha experimentado una cierta correlación entre la inflación y los déficits presupuestarios ,  pero si tomamos espacios temporales más amplios podemos observar diferentes periodos de superávits y déficits presupuestarios independientes de la evolución de la inflación. Esto es por que la inflación es un fenómeno puramente monetario mientras que los déficits/superávits presupuestarios son propios de criterios contables, es decir,  ni en las condiciones más asépticas que la ciencia económica es capaz de aportarnos con su Ceteris Paribus esta relación entre inflación y déficit presupuestario deja de ser un fenómeno espurio.

Una prueba de NO CORRELACIÓN entre estas macro variables la tenemos en la actualidad:  Por norma general,  todos los países europeos adolecen de déficits presupuestarios ocasionados por los derroches en las  medidas intervencionistas para reactivar la economía de la profunda crisis que padecemos pero la deflación no empezó a surgir hasta un año más tarde.